El área de investigación se localiza a 30 km al norte de la ciudad de Camagüey, a 1 km aproximadamente del poblado de Lesca al sur de la Sierra de Cubitas, ver figura 1.
El método geofísico de prospección eléctrica, en su variante de Tomografía Eléctrica de Resistividad, consiste en determinarla resistividad aparente (ρa, Ohm.m) de los materiales rocosos, así como su distribución en el subsuelo a partir de observaciones que se realizan en la superficie.
En condiciones de campo la resistividad aparente de las rocas se determina usando un dispositivo constituido por cuatro electrodos dispuestos en línea recta, C1, C2, P1, P2 (ver Figura 2). Los electrodos C1 y C2 son usados para «inyectar» corriente eléctrica al subsuelo, y se les conoce como electrodos de corriente.
Al hacer circular corriente a través del subsuelo se genera un campo eléctrico, que a su vez permite realizar las mediciones de la diferencia de potencial (ΔV, mV) entre dos puntos en la superficie; con ayuda de los electrodos (P1-P2), estos se conocen comúnmente como electrodos de potencial, ver Fig. 2.
Durante la interpretación final de los datos se establece la relación existente entre la resistividad eléctrica y varios parámetros geológicos tales como la presencia de fluidos en el subsuelo, la porosidad, el volumen de agua y el contenido de minerales en las rocas.
Los trabajos se ejecutaron en tres perfiles: dos de forma paralela con dirección S-N (pendiente sur de elevación) y el tercero con dirección W-E perpendiculara los primeros (parte Norte). Como se muestra en la figura 1, el perfil 1 tuvo una extensión máxima de 295 m; el perfil 2 con 230 m de longitud y el perfil 3 con 170 m.
La adquisición de los datos se llevó a cabo mediante el empleo de una configuración de electrodos «Polo-Dipolo», siendo necesaria la ubicación de un electrodo de corriente a una distancia suficientemente lejos del área a investigar; en nuestro caso se ubicó a 500 m en dirección al este a través del camino existente.
Se realizaron lecturas consecutivas de los parámetros corriente (I, mA) en la línea de alimentación, así como también la diferencia de potencial (ΔV, mV) entre electrodos de potencial para 10 niveles de profundidad. La separación máxima entre electrodos (a) fue de 5 m, siendo la longitud máxima del dispositivo empleado igual a 50 m, lo que nos permitió alcanzar una profundidad media de estudio de: (h=20 m).
El equipamiento geofísico empleado comprende un receptor de resistividad de la serie «TAYATA-2R», acoplado a un dispositivo de medición multielectródico «DSM-24E» y a un generador «VIL-3T» de 180 volts de salida, ver figura 3.
Con el objetivo de precisar la posible presencia de zonas tectónicas favorables para la presencia de agua se ejecutaron tres perfiles en las figuras 4, 5 y 6, en las que se muestran los modelos de resistividad y conductividad del subsuelo, obtenidos a partir del procesamiento de los datos. Como puede apreciarse, de forma general el corte geoeléctrico se presenta algo variable, observándose en la parte superficial, entre los primeros 5 m una zona con predominio de resistividades bajas entre 50 a 100 ohm.m, seguidamente y hasta el final de los cortes esta va en aumento alcanzando los valores máximos hasta 2500 ohm.m.
La figura 4 muestra los resultados de la línea, la cual presenta una longitud de 295 m, su dirección es SW a NE, con cota de 95 a 105 m (final de la línea). En este se puede observar entre les estaciones 200 a 230 (zona I) una ruptura de las anomalías de resistividad, similar situación puede verse en la parte sur de la línea entre la estaciones 30 a la 60 (zona II). En ambos casos se puede suponer que estamos en presencia de zona de fallas, aunque en la zona I esta se define en el corte geoeléctrico por ser muy conductora (Pseudosección de Conductividad). En ambos casos estas zonas presentan interés para trabajos hidrogeológicos.
El perfil 2 (figura 5) presenta similares condiciones, aunque más relevantes son los resultados geoeléctricos en la parte sur (zona IV), donde se puede ver una anomalía intensa y seccionada la cual pudiera estar asociada con otra de falla bien definida. Por lo que se recomienda verificación con tales objetivos.
El tercer perfil (figura 6) se ejecuta con dirección NW-SE (Parte elevada) y presenta una longitud de 180 m. Este, a pesar de ser corto en su longitud, se puede observar en la parte final variaciones del comportamiento geoeléctrico, sobre todo entre las estaciones 280 a la 300 E, lo cual bien pudiera estar asociado con la presencia de zona de fallas de interés hidrogeológico.
La figura 7 muestra los resultados de los trabajos detallados para la búsqueda de Cromo en la década de 1980, en los que se emplearon los métodos gravimétricos y magnetométricos en una red de 50 x 25 m y parte de sus resultados se muestran en esta figura, en la que se mapea una serie de fallas con direcciones NW-SE y SW-NE, las cuales confirmaron su presencia y ángulo de buzamiento (casi verticales) con los métodos eléctricos. En la figura 8 se muestra mediante líneas azules continuas las fallas regionales propuestas por investigaciones de Capote y De la Nuez como favorablemente acuíferas.
La metodología empleada permitió realizar un registro continuo de las resistividades del terreno, desde la superficie hasta la profundidad de (h=20m),
Se logra identificar un número importante de zonas favorables como posibles fracturas o fallas a lo largo de las líneas.
Se recomienda realizar la verificación de las zonas más perspectivas, mediante la perforación en los sitios que se detallan a continuación.
Perfil 1: Pozo 1, Estación E+215.
Pozo 3, Estación E+45.
Perfil 2: Pozo 2, Estación E+75.
Perfil 3: Pozo 4, Estación E+290
Perfiles geofísicos Lesca