I. Introducción
⌅En estos tiempos existe la percepción generalizada de que los proyectos de energía son neutrales en cuestiones de género [UNDP, 2000]. Pero esta presunta neutralidad resulta no ser tal, lo que se traduce en impactos diferentes en hombres y mujeres, es decir, en discriminaciones y situaciones de desigualdad.
Desde hace varios años el costo de las energías renovables ha descendido a nivel mundial gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que mejoran su eficiencia, así como al creciente apoyo político que ha recibido de la comunidad internacional por sus numerosos beneficios. En la actualidad, el clima de consenso es a favor del impulso a las tecnologías de energía limpia y sostenible [Irena, 2014International Renewable Energy Agency (Irena) (2014). Renewable Energy and Jobs - Annual Review, 2014. ].
Los hombres y las mujeres participan en las diferentes actividades y tienen diferentes necesidades energéticas por sus roles de género, y por lo tanto la falta de energía o la falta de acceso, es decir, la posibilidad de usar algún recurso energético, tiene diferente impacto en hombres y en mujeres. Los estudios establecen que las mujeres son las principales usuarias de la energía, ya sea por sus distintas tareas productivas (producción de alimentos o de iniciativas de comercio), como rurales, o por su trabajo doméstico no remunerado para la reproducción de sus familias [Larrea, 2006Larreas (2006). Módulo de capacitación en Género y ambiente. Quito: Camaren-IEE.].
De lo anterior se puede inferir que la transversalización de género en proyectos energéticos ha generado una mayor evidencia empírica en proyectos energéticos de pequeña escala, mayoritariamente comunitarios y centrados en tecnologías renovables [Energía, 2011cEnergía (2011). Mainstreaming gender in energy projects: a practical handbook [document electrónico]. Consultado: 9 de mayo de 2016. Disponible en: http://www.undp.org/energy/publications/2000/2000a.htm. ; PNUD, 2007], no significa que las consideraciones de género sean exclusivas para este tipo de proyectos.
Las experiencias, estudios y análisis demuestran que en los proyectos se debe incorporar el enfoque de género para trazar mejores estrategias oportunas y disponer adecuadamente de los recursos. De la misma manera, difícilmente se podrá realizar el monitoreo y seguimiento de los aspectos de género si el proyecto no ha sido concebido, formulado y aplicado siguiendo tal enfoque [UNDP, 2004UNDP (2004). Gender & Energy for Sustainable Development: A toolkit and Resource Guide. Nueva York: UNDP [documento electrónico]. Consultado: 9 de mayo de 2016. Disponible en: http://www.undp.org/energy/genenergykit/cover.htm. ].
Cabe resaltar la necesidad de disminuir estas desigualdades a través de la participación de las mujeres y el uso de su conocimiento sobre el manejo de los recursos naturales. Su capacitación como usuarias de tecnologías energéticas pueden ser herramientas que aseguren la sostenibilidad de un proyecto de energía [CIM, 2004Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) (2004). Recomendaciones para Integrar la Perspectiva de Género en las Políticas y los Programas de Ciencia y Tecnología en las Américas. Gender advisory borrad. Organización de los Estados Americanos (OEA). Oficina de Ciencia y Tecnología.].
El concepto de género hace referencia a las diferencias socialmente construidas que existen entre hombres y mujeres, en contraposición al concepto de sexo que se refiere a las diferencias exclusivamente biológicas [Moser, 1995Moser, C. (1995). Gender planning and development: theory, practice and training. Londres; Routledge.]. De esta manera, el enfoque de género permite expandir los beneficios específicos del proyecto e influir en otras actividades, como las de desarrollo de capacidades o las de generación de ingresos, al apreciar las potencialidades de sus actuaciones. Tener en cuenta las cuestiones de género, es también clave para garantizar la eficacia y eficiencia de las operaciones energéticas y su mantenimiento, así como para la sostenibilidad de los sistemas energéticos, que están determinados por quién está involucrado en ellos y capacitado [Skutsch, 1997Skutsch, M. (1997). Gender in energy: training pack, Technology and Development Group (TDG). University of Twente: The Netherlands [documento electrónico]. Consultado: 9 de mayo de 2019. Disponible en: http://www.energia.org/pubs/papers/tdg_g_e_manual.html. ].
Para que una perspectiva de desarrollo sea efectiva, eficiente y sostenible, es necesario comprender los diferentes roles que mujeres y hombres desempeñan en el sistema energético y en la gestión de los recursos energéticos, derivados de los roles sociales asignados a cada de ellos, en tanto la forma en la cual se produce, distribuye y consume la energía puede ayudar a eliminar o a ensanchar las brechas de género en las condiciones de salud, educación, bienestar y actividades productivas de mujeres y hombres, niñas y niños. Esto es posible lograrlo a través de proyectos con enfoque de género [Tremosa, 2007Tremosa, L. (2007). La mujer ante el desafío tecnológico [documento electrónico]. Consultado: 9 de mayo de 2016. Disponible en: http://www.oei.es/noticias/spip.php?article1227. ].
Se concuerda con los resultados de diagnósticos de género realizados en sitios de intervención seleccionados, que muestran que las mujeres rurales suelen tener menos acceso a los recursos (financieros, equipamiento, información y capacitación) que los hombres, y por tanto ejercen menos control sobre los mismos. Así como el hecho constatado en las áreas rurales de que las mujeres tienen menos conocimientos que los hombres y que sus experiencias son menos consideradas, por lo que incorporar el enfoque de género en las políticas, programas y proyectos energéticos, supone introducirlo en todas y cada una de sus fases: identificación, formulación, aplicación, monitoreo y evaluación [Dutta, 2003Dutta, S. (2003). Mainstreaming gender in energy planning and policies. Background Paper for Expert Group Meeting [documento electrónico]. Consultado: 9 de mayo de 2016. Disponible en: http://www.energia.org/pubs/papers/dutta_egmbckgr.pdf. ].
Se considera el concepto de brecha de género como una construcción analítica y empírica que surge de la diferencia entre las categorías de una variable en relación a las tasas masculinas y femeninas. Destaca las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en cualquier ámbito en relación al nivel de participación, acceso a oportunidades, derechos, poder e influencia, remuneración y beneficios, control y uso de los recursos que les permiten garantizar su bienestar y desarrollo humano. Los indicadores miden la magnitud de la brecha. Además, las brechas y los indicadores de género se expresan en todas las áreas del desempeño económico, social, cultural, y con perspectiva de desarrollo [BIG, 2014Banco Interamericano de Desarrollo (BID) (nov., 2014). Género y energías renovables: energía eólica, solar, geotérmica e hidroeléctrica [documento electrónico]. Consultado: 9 de mayo de 2016. Disponible en: https://www.climateinvestmentfunds.org/sites/cif_enc/files/knowledge-documents/idb_2014_gender_and_renewable_energy.pdf. ].
El trabajo está dirigido a «aplicar una metodología basada en un diagnóstico participativo rural para mejorar las condiciones de vida de las áreas rurales. Caso Guasasa».
II. Metodología
⌅En este trabajo vamos a dar cumplimiento al objetivo que se ha formulado a través de una metodología de diagnóstico participativo rural. Se utilizan como herramientas de la investigación la evaluación de la experiencia empírica, las entrevistas, las visitas de campo y el análisis y síntesis de la información recolectada.
Este enfoque permite fundamentar las conclusiones sobre un fenómeno tan complejo como la reducción de brechas de género o desigualdades en la comunidad Guasasa, no sobre una base teórica de generalización a distancia de hechos sobre los que se tiene conocimiento por referencia, sino a partir de la realidad, de la práctica real.
Las exigencias de este método de trabajo sobre el análisis de la información recolectada son muy altas. Esta información estará permeada por el conjunto de circunstancias específicas en que se desarrolla el proyecto en cuestión, y que muchas veces se convierten en variables implícitas de análisis.
La metodología se aplica siguiendo las siguientes etapas a través de un Diagnóstico Participativo Rural.
Con el fin de lograr la información requerida para realizar el análisis de la situación de género de la comunidad, se trabajó con dos grupos metas diferentes: los líderes comunitarios y los representantes de cada familia de la comunidad.
Entrevistas a líderes de la comunidad
⌅Con el objetivo de conocer aspectos sociales y de condiciones de vida de la población se entrevistaron a líderes de la comunidad.
Encuesta a representantes de cada familia
⌅Se aplicó por los expertos del proyecto de manera individual en locales con las condiciones adecuadas para realizar la misma con privacidad y buenas condiciones.
Esta encuesta estaba dirigida a establecer indicadores seleccionados para poder caracterizar la situación de género y el uso de la energía en la comunidad.
Herramienta de recogida de información
⌅Para la recogida de información primaria se ha utilizado un cuestionario estructurado individual y comunitario, con los indicadores de género y energía.
Caracterización sociodemográfica del sitio (Guasasa)
Datos sobre la situación laboral
Convivencia
Uso del tiempo
Percepción de la calidad de vida
Presencia de estereotipos, valores y actitudes sexistas.
Uso y consumo de la energía.
Las fuentes de información consultadas son diversas, tales como revistas de investigación, libros, actas, congresos, catálogos, páginas webs, etc., que pertenecen a distintas disciplinas científicas, fundamentalmente la sociología, la geografía, la psicología y el campo de las energías renovables.
Análisis de género según encuestas:
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Es una población relativamente joven, con solo 11 % con más de 65 años, mientras que los jóvenes y adolescentes con menos de 21 años representan 22 % del total, según se puede observar en la Fig. 1. Población de la Comunidad.
La participación de mujeres en el total de población de la comunidad es de 44 %, predominando de manera significativa las edades menores de 21 años y con muy poca presencia en las de más de 65 años (Fig. 1).
De las personas con más de 15 años, 57 % mantiene relaciones matrimoniales estables, los solteros representan 39 % de la población, y de ellos 28 % son mujeres.
El 82 % de la población tiene nivel secundario o superior. En el caso de las mujeres este porcentaje es de 84 %.
Solo 15 % de la población tiene una formación especializada como técnico medio o universitario. En el caso de las mujeres es de 23 %.
De la población con más de 21 años, realizan actividad económica que produce ingresos, 69 %; 48 % lo hace en instituciones estatales, y son jubilados 17 % de este sector de la población. En el caso de las mujeres, 46 % realizan actividades económicas con ingresos, para el estado lo hace 42 %, y 23 % son jubiladas y el resto amas de casa.
En la comunidad, 70 % de la población que realiza actividad económica que le proporciona ingresos declara cifras inferiores a los 500 pesos mensuales. En el caso de las mujeres este grupo representa 69 %.
Se verifica que los hombres se enfocan en el rol productivo, mientras que las mujeres, aun en el caso de las que realizan actividades que le brindan ingresos económicos, su rol fundamental es el reproductivo.
Por su ubicación, la comunidad Guasasa se encuentra a 26 km de las líneas de transmisión eléctrica, por lo que, en la actualidad se sirven energéticamente de un grupo electrógeno marca DENYO DCA-100ESI, de 100 kVA de potencia eléctrica, con factor de potencia: 0,8.
El servicio eléctrico está limitado a unas 8 horas al día desde las 6 p.m., teniendo un sistema de distribución local de electricidad caracterizado por el deterioro de los postes y aisladores.
Las líneas o acometidas hasta las viviendas también están en pésimo estado técnico, con empates, y en general se observa que fueron instaladas por los propios habitantes, que tienen conductores que no se corresponden con el diámetro y con un deficiente aislamiento eléctrico por falta de recambio o de mantenimiento.
Como consecuencia, en el horario pico de la demanda, de los 110 v de corriente alterna solo le llega en los puntos más distantes unos 70-75 v, con las molestias que trae para la realización de los quehaceres domésticos.
Por lo tanto, esta situación gravita significativamente sobre las mujeres, que son las que llevan el peso de estas tareas y la crianza de niños y atención de los adultos mayores en las familias.
Brechas identificadas
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Las mujeres acceden menos que los hombres a los recursos fundamentales de la producción (tractores, maquinarias, sistemas de riego) y al control de recursos, y a los beneficios que generan las producciones.
Las productoras y amas de casa de los sitios de intervención conocen menos que los hombres sobre el uso de energías renovables.
Bajo aprovechamiento de los conocimientos, capacidades y potencialidades de los hombres con respecto a las mujeres.
Las mujeres tienen menos capacidad de disponer de sus ingresos que los hombres para satisfacer sus necesidades de desarrollo personal. Para la aplicación de esta metodología de diagnóstico participativo rural se hizo un análisis de los indicadores para determinar brechas predominantes en el sitio Guasasa, agrupándolas por los siguientes ejes: Económico, de Conocimiento y Roles. Para cada uno de estos ejes se identificaron aquellas brechas que pueden ser abordadas en el marco de proyectos de energía renovable.
La política actual en materia de desarrollo rural e igualdad vela por la participación igualitaria de las mujeres en el medio rural. Sin embargo, todavía siguen vigentes pautas diferenciadas por género en torno al tiempo dedicado a la participación social y 96 % de acceso y control de los recursos con respecto a las mujeres, que es de 4 %.
La segunda brecha no se aprecia, pues es un desconocimiento general sobre el uso de las fuentes renovables de energía porque no la poseen, podemos decir que es un problema general del sitio.
La tercera brecha se aprecia, en que solo 15 % de la población tiene una formación especializada como técnico medio o universitario. En el caso de las mujeres esta participación es de 23 % y en el de los hombres solo 11 %.
La cuarta brecha radica en los ingresos y se aprecia que la mayoría de la población en edad laboral y de jubilación posee ingresos económicos, siendo superior la proporción en el caso de los hombres. Las principales actividades económicas a las que están vinculados los ingresos son las instituciones estatales y el trabajo por cuenta propia, que acumulan 77 % de la ocupación. La proporción de hombres de más de 21 años que realizan actividades económicas es significativamente mayor en el caso de la actividad cuentapropista, mientras que para el Estado predomina ligeramente la proporción de mujeres que la realizan.
La participación de las mujeres en el medio rural es muy limitada, debido en gran medida a la persistencia de los roles de género y a la distribución desigual de las tareas domésticas y de cuidado, que conllevan la mayor carga de trabajo y largas jornadas para las mujeres. Esta desigual distribución del trabajo doméstico hace que las mujeres tengan menos tiempo disponible para el asociacionismo, al igual que sucede con el tiempo de ocio.
III. Resultados y discusión
⌅En el área rural las mujeres están relacionadas con la agrobiodiversidad, la provisión de leña y agua, clasificación de semillas, preparación de alimentos, labores agrícolas en todos los ciclos productivos, almacenamiento de especies, labores culturales (como el control de plagas), crianza de animales (en especial de especies menores), comercialización en mercados locales, medicina tradicional para el cuidado de la familia, y en las áreas urbanas sin bien se han incorporado al sector laboral formal o informal, tampoco han dejado de ser responsables de las tareas domésticas, lo que implica largas jornadas de trabajo.
En estos emprendimientos y en las tareas diarias el contar con fuentes de energía eficientes y a costos accesibles es fundamental.
Las fuentes de energía renovable son inagotables y se adaptan a los ciclos naturales, a diferencia de las fuentes de energía convencionales (carbón, gas, petróleo o energía nuclear). Esto las convierte en la clave para crear un sistema energético sostenible que permita el desarrollo local de Guasasa.
Contribución del proyecto a la reducción de las brechas de género
⌅La creación de la microrred eléctrica y la disponibilidad del servicio eléctrico las 24 horas del día contribuirán a reducir las brechas de género, según se muestra a continuación:
La aparición de puestos de trabajo que pueden ser ocupados por mujeres. Ejemplo de ellos son: operadores y custodios de parques fotovoltaicos y operadores de planta eléctrica con tres turnos de trabajo.
La posibilidad de incrementar la atención a turistas nacionales y extranjeros, brindando servicios gastronómicos y de alojamiento, atendidos fundamentalmente por mujeres.
Incremento de los volúmenes de pesca e iniciar actividades de su procesamiento para aumentar su valor agregado.
Incremento por parte de las mujeres de tareas relacionadas con la explotación del equipamiento instalado para la generación eléctrica con fuentes renovables de energía, y de los que mejoran la eficiencia energética final de la energía.
Potencialidad de crear nuevas instalaciones como las dedicadas a la producción de pan.
Impactos
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Una mejor distribución del tiempo en el rol y funciones de hombres y mujeres en torno a las tareas hogareñas, así como la atención a los niños, las niñas y las personas vulnerables.
Se logran beneficios duraderos para mejorar la calidad de vida de las mujeres rurales y sus familias.
Se abordan los efectos de la desigualdad de género como el acceso desigual a los recursos y beneficios.
IV. Conclusiones
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Este trabajo está dirigido a la implementación de una microrred eléctrica en la comunidad de Guasasa, que contribuirá de manera significativa a la reducción de algunas de las brechas de género identificadas en la comunidad;
Se puede convertir en un proyecto de referencia para los casos de electrificación rural en Cuba, dirigidos a mejorar la calidad de vida de los habitantes de esas áreas;
Se impone el establecimiento de procedimientos para la definición de la línea base de estas brechas y su evaluación sistemática.